Historia del corset

          HISTORIA DEL CORSET  VICTORIANO                                                       

La belleza es el esplendor de la verdad 

                                                        -Platón-

 

 ¡Al contemplar la fascinante imagen de la Afrodita de Medici queda uno cautivado, embelesado por el encanto de su belleza! ¡o por la casta Diana representando a la Artemisa griega!, ¡cómo no quedar seducido por el cincel perfecto de Praxíteles en la tierra de los helenos    

Desde la más remota antigüedad la belleza femenina ha inspirado no solo

artistas de renombre, escultores, pintores y escritores, etc. Sino también ha impresionado la psique de las sociedades a través del tiempo y las costumbres de cada lugar, tanto es así que al pretender lograr el prototipo de belleza se ha querido perfeccionar los métodos y sistemas para encarnar la figura griega de la fémina hermosura; y entre esos métodos uno de los más polémicos y utilizados a lo largo de la historia de la moda ha sido, sin duda, el corset victoriano. Este se convirtió en una prenda indispensable entre la aristocracia europea; a pesar de ser una prenda anatematizada por unos y adorada por muchas, lo cierto es que infinidad de pueblos antiguos alrededor del mudo han hecho uso de prendas similares, ya sea por salud o belleza. Pero es hasta los siglos XlV y XV que surge como moda entre la realeza europea cobra una fuerza desmedida, al grado que ya no solo fue un atuendo para la aristocracia sino que su uso abarcó también a la sociedad entera, incluso a los hombres, niñas y niños de la época; su uso fue tan frecuente y entre los siglos XVII y XVIII  que el auge de esta pieza que con el tiempo, no solo estaba reservado para eventos formales como bailes y reuniones sociales sino que se convirtió en el centro de la moda, el  “tight lacing” de la época.  

Sin embargo, la historia del corset es aún más antigua de lo que parece, se tiene registro de que en el año 1700 a. C. en Creta la civilización minoica utilizaba ya un ejemplar de corset rustico para levantar el busto, afinar la cintura o para la práctica de ciertos deportes que requerían un sobreesfuerzo, y es tan antigua la usanza de estas prendas que se pierde la historia entre la memoria del tiempo. Cuenta la mitología antigua sobre el primer estereotipo de faja o cinturilla denominada “Cestus” y que tenía la virtud de aumentar los encantos naturales de la mujer haciéndola irresistible a los ojos de los hombres y los dioses. Cuenta el mito que Efesto, Dios griego del fuego, trabajando en su fragua fabrico todo tipo de accesorios metálicos de los dioses del Olimpo como el casco y las sandalias de Hermes, la armadura de Aquiles, además forjador de los rayos tempestuosos del mismísimo Zeus y la famosa faja mágica de Afrodita, Diosa de la belleza y del amor. Efesto y Afrodita eran esposos por mandato de Zeus, y Efesto, Dios de los forjadores de metal, fabrico una faja o cinturón grueso denominado Cestus  que tenía la virtud de resaltar la belleza de afrodita-Venus, madre de cupido; y era tal la belleza que realzaba esta reliquia que hombres y dioses quedaban en un estado de arrobamiento o fascinación, enamorados por el encanto de su belleza; por esos atributos de espiritual hermosura es que afrodita- Venus ha sido considerada desde el principio de los tiempos como el prototipo de perfección femenina, deseada por muchos y adorada por muchas que viendo en ella la meta de la belleza alcanzable en la tierra han hecho lo humanamente posible para conseguirlo y en algunos casos hasta caer en los extremos y en los abusos.

“Dijo (Afrodita), y de su cuerpo se quitó una faja de cuero perforada y ricamente adornada, donde habían sido encerrados todos los encantos. Allí estaba la ternura, allí el deseo y allí las palabras seductoras que arrebatan la mente de los más sensatos». (Afrodita) se la puso en las manos (a Hera) y le dijo: «Toma, guarda en tu regazo esta faja tan hermosa, que todo lo posee; y te aseguro que no volverás sin haber conseguido lo que has tramado en tu interior”.                          

-La Ilíada-

Como vemos en estos textos antiguamente la faja o ceñidor tenía una función diferente, sagrado, lo sublime y seductor adornaban dulcemente la silueta de las diosas y gracias a la visión e intuición de los artistas y escultores se plasmó la figura estilizada de una Venus de Milo, de una Afrodita de Medici, de una Diana de Versalles, etc.

De este modo, al querer representar en carne propia la majestuosa figura de la Diosa de la belleza, que mas tarde en el tiempo fue esculpida y bautizada en su representación más famosa como “la Venus de Milo” fueron exhaustivas y cambiantes las técnicas que se usaron para tratar de estilizar fielmente en el cuerpo humano la famosa “curva praxiteliana” identificada vivamente en esta escultura y que simbólicamente da movimiento a la pieza, un movimiento identificado como serpenteo formando la letra “s” y que se atribuye a todas las diosas de la belleza y el amor. Es por eso que el corset fue la pieza clave para lograr finalmente el sueño dorado de muchas, la utopía reservada a las diosas… 

En la actualidad muchas prendas son vendidas como corsets cuando en realidad no lo son, técnicamente son tops hechos de encaje y tejidos sintéticos imitando, eso sí, a los de antaño logrando una insipiente y poco duradera curva praxiteliana. La industria de la moda ha dado erróneamente a los tops con encaje y cierta forma antigua el nombre de corsets dejando de lado el verdadero objetivo del uso del corset. Etimológicamente la palabra corset viene del antiguo francés “cors” que era un diminutivo de cuerpo, por lo que el objetivo es reducir la talla del cuerpo.

Su propósito inicial era conseguir un torso cónico, rígido y estilizado para las damas de la aristocracia y la nobleza. Estos primeros "corsés" se hacían en su totalidad en metal, eran totalmente rígidos y por tanto limitaban la movilidad. En el siglo XVII en las Cortes europeas, en un contexto de lujo absolutista y de ostentación barroca, el torso cónico anterior se modifica para conseguir estrechar la cintura y alzar el busto, además de realzar las caderas que se exageran poniéndose alrededor de ellas una rosca de algodón que ahuecaba más las faldas. El uso más común es el de reducir la silueta y hacerla más atractiva.                           

Hoy en día el corset vuelve a estar de moda, resurgiendo de la sublevación a que en épocas anteriores ha sido sometido por la misma sociedad o por vía de dictámenes que prohíben su uso o por autoritarismos religiosos y totalitarios o políticos que en otros tiempos han desacreditado y reprobado por ignorancia el uso de esta maravillosa prenda; pero también los extremos han hecho que el uso del corset pendule entre lo correcto e incorrecto. Recordemos la época de los Medici, en el siglo XV las señoras pudientes acostumbraban mandar confeccionar sus corsets a la medida para poder asistir a reuniones y bailes de gala, su uso era tan obligatorio que en 1550 Catherine de Medici prohibió entrar en la corte real francesa a quien no tuviera corset, así es que la nobleza femenina tuvo que “encorsetarse” para cumplir con las normas establecidas.

Ya en los siglos XVI y XVII el corset se difundió grandemente, señoras y doncellas utilizaban esta prenda, haciendo algunas buen uso, otras abusando fanatizadas por la idealización de una cadera estrecha llegaban hasta el desmayo o quedarse sin respiración.

 La verdadera moda surgió en España y Francia ya a finales del siglo XVII y junto con las faldas voluminosas se convirtió en el atuendo de la época, basta recrearnos con los bellos cuadros del renacimiento para darnos una idea y remontarnos en el tiempo cuando fue uno de los momentos que mayor impacto tuvo el corset sobre el estilo del buen vestir.                                                                                    

Mas tarde en el tiempo, en 1750, época de la revolución francesa Napoleón prohíbe rotundamente esta prenda calificándola como “el asesino de la raza humana” movido mas por su orgullo desmedido y su intolerancia que por razones que justifiquen su determinación ya que él pensaba que el uso del corset disminuía la natalidad, lo cual es absurdo, en México por ejemplo, las parteras, más grandes en sabiduría, usaban fajas para curar la infertilidad femenina causada por una enfermedad que llamaban “frio en el útero”.  Cuando se hace uso correcto de las prendas cumplen una función maravillosa, pero si se excede puede ser contraproducente, incluso el corset es magnífico como tratamiento post-parto para recoger la piel flácida y las estrías, (lógicamente su uso esta contraindicado en el embarazo). Cabe destacar que las dos esposas de Napoleón eran expertas en el uso del corset y lo usaban todos los días. Con la revolución francesa cayó en desuso no solo el corset, sino todo el estilo femenino que predominaba entre las así llamadas Madame y Mademoiselle, pues así lo dictaba el mandato de la academia de artes y ciencias: “las mujeres bien vestidas de Francia no deben llevar zapatos, calcetas, corset o medias”. Esta actitud no tuvo larga vida pues las mujeres de Francia no olvidando su búsqueda del ideal de la belleza griega retomaron el corset para ayudarse en su empeño.  

                                                      

                     

Después de una época de decadencia, ya en 1800 el corset resurge para convertirse definitivamente en el centro de la moda, orientando la tendencia decididamente a la mujer, fueron evolucionando y cambiando los materiales, el satín, la seda y la decoración con delicados accesorios fueron la transición hacia el famoso corset victoriano o corset en reloj de arena.

El nombre de “corset Victoriano” se adopta por la época del reinado de Victoria I en Reino Unido (1837-1901) y da paso al periodo eduardiano que también fue influenciado por la moda de la corsetería fina y los vestidos largos. El estilo de reloj de arena definió la moda en la época victoriana y con algunos cambios, variaciones y refinamientos bajó el nivel del busto y el frente recto marcaron el estilo del periodo eduardiano, años después bajó aun mas la parte del busto hasta quedar únicamente en la cintura y ya después esta tendencia influencio en distintos modistas y surgieron fajas y sujetadores o bodies que hoy en día son muy utilizados.

                                                

                                      

Ahora seguimos escribiendo otro capítulo en la historia de la moda y el estilo para todos los tiempos. Victoriana Luna Corsetry es parte ya de esta moda que resurge a la luz desde el viejo continente surcando el océano hasta nuestra tierra mexicana. No sin dejar de apuntar que, en México, en tiempos también remotos nuestros antepasados usaron fajas y ceñidores con diferentes usos.      

                                              

                            

Victoriana Luna Corsetry empresa 100% mexicana, comprometida con las exigencias de la moda actual y el estilo del buen vestir ofrece un amplio surtido de tallas y modelos que combinan diferentes tendencias de a cuerdo al gusto de cada clienta, pues al pasar del tiempo ya no es solo buscar el prototipo original de la Venus de antaño la finalidad del uso del corset, sino que la moda contemporánea ha crecido tan ampliamente que es indispensable adaptarse a las exigencias de los diferentes looks, ya sean cuerpos esbeltos o de talla grande, altas o petit, deportistas o de oficina, de hogar o de eventos sociales; son tan diversos los usos que se pueden dar al corset como la misma moda y tendencia de las que los usan. Es ideal para cena baile, para eventos formales, de gala, estilo gótico, dark, cosplay, pin-up, casual, sport, medieval, conciertos, disfraces y en general para toda ocasión.    

                                       

                                                                                 Victoriana Luna Corsetry

                                                                     moda y estilo para todos los tiempos.